El equipo directivo, sea como sea que se esté configurado – según el proyecto o la organización (director/a, coordinador/a, cap d’estudis, secretari@...) tiene una tarea con una complejidad especial, al tener que equilibrar tareas complementarias, y servir a objetivos que tienen intereses diferentes.
Podríamos decir que la dirección, que tiene además del cuidado, la atención y la supervisión del equipo educativo y del proyecto, una función política en su sentido más amplio: atiende el interés y el bien común de la sociedad, a la par que tiene como propósito la realización de los objetivos del programa educativo de cada proyecto.
Esto dicho así suena muy conceptual, pero en el ejercicio de la dirección, resulta de mucha complejidad y la mayoría de las veces de mayor complicación: encontrar el camino justo y armonioso entre el servicio de la familia, y el trabajo de los profesionales y el proyecto, requiere de mucha capacidad de liderazgo, comunicativa y de habilidades directivas. Algo que no siempre hemos desarrollado con coherencia y madurez los profesionales que tenemos esta función.
La supervisión del equipo directivo, ayuda a encontrar soluciones y caminos para poder casar los diferentes objetivos de esta función, que requiere también de cuidado y acompañamiento, y que la mayoría de las veces no pide tiene el cuidado y la atención que merece
La supervisión tanto del equipo educativo como del directivo, se realiza en el mismo equipamiento donde trabajan los profesionales.